Delfines

delfines con cria

Los delfines son una familia de cetáceos bastante heterogénea, que abarca 34 especies de delfines oceánicos además de dos familias de delfines de río. Los delfines miden entre 2 y 9 metros de largo, poseen cuerpo fusiforme, cabeza grande y hocico alargado y un solo orificio respiratorio (espiráculo) en la parte superior de la cabeza.

Los delfines son mamíferos, como nosotros, y durante mucho tiempo se pensó que compartíamos un antepasado, terrestre, que había vivido hace unos 90 millones de años. Sin embargo, estudios genéticos más recientes emparentan a los delfines y a todos los cetáceos, con los artiodáctilos, cuyos parientes actuales más cercanos sería camellos, llamas, cerdos, hipopótamos, vacas, antílopes, ciervos, jirafas, cabras, etc, de los que se separaron hace 70 millones de años.

Parece que hemos alcanzado capacidades mentales muy similares pese a haber recorrido caminos evolutivos muy diferentes (convergencia paralela, según la expresión de los evolucionistas).

Anatomia delfin

Comportamiento de los delfines

Los delfines son animales exclusivamente carnívoros. Los ingredientes principales de su dieta son peces y calamares. Los delfines utilizan métodos muy diversos para la caza, desde la velocidad que pueden alcanzar, a la utilización de la ecolocación, que luego veremos en detalle, para encontrar peces en la arena a la más conocida, sus tácticas en grupo para acorralar bancos de peces.

Vídeo de delfines cazando

Los delfines son animales sociales que viven en familias y grupos. Los zoólogos han llegado a la conclusión de que los delfines mantienen lazos familiares y que se reconocen unos a otros por su nombre y guardan recuerdos de delfines que conocieron mucho tiempo atrás. Los delfines se identifican en un espejo y han dado sobradas muestras de tener la capacidad de sentir empatía. En lugares con abundancia de alimentos se han llegado a registrar grupos de 1000 delfines viviendo conjuntamente.

Los delfines han desarrollado culturas y sistemas de aprendizaje, algo que se había creído exclusivo de los primates durante mucho tiempo. Se han descubierto delfines que enseñan a sus crías el uso de herramientas – por ejemplo, el uso de esponjas para protegerse mientras se alimentan-. El conocimiento en los delfines parece transmitirse por vía materna y a las hijas. Se han documentado casos de delfines que han socorrido a otros delfines enfermos o heridos. Hay muchos casos registrados también de delfines que han socorrido a humanos y otros animales en apuros.

Los delfines juegan pero también pueden ser agresivos cuando surgen conflictos o competencias por alimentos o por la reproducción,

Aquí os dejo un enlace a un artículo imprescindible si os gustan los delfines:

Artículo de Laura Bridgeman: ¿Por qué los delfines no se defienden?

El artículo me parece tan bueno que os recomiendo su lectura y simplemente extraigo algunas de sus reflexiones. Hacen referencia al extraño y pacífico comportamiento de los delfines mientras los humanos los exterminan en la isla de Taiji, Japón.

El cerebro humano comparte muchas similitudes con el de los delfines […] Sin embargo, hay una diferencia: el sistema límbico de los delfines es mucho mayor que el nuestro. […] Esto podría significar que los delfines son más emocionales que los seres humanos y que sus emociones tienen un lugar más destacado en su proceso de pensamiento […] Sterling Bunnell subraya que los delfines tienen una proporción de estas neuronas superior al ser humano medio, lo cual sugiere que el control que pueden ejercer sobre sus propias emociones es superior al que podemos experimentar.

Por ello, es posible que los delfines, aún siendo más emocionales que nosotros, sean también mucho más estables, y por lo tanto más capaces de controlarse a sí mismos en situaciones de estrés.”

Aquí podéis encontrar el escalofriante documental The Cove, subtitulado al castellano, que aborda todo este proceso de las matanzas regulares de delfines y que recibió el Oscar al mejor documental en 2009.

delfines saltando

Cerebro de los delfines

Una de las características de los delfines que más han llamado la atención de sus estudiosos humanos es el tamaño y estructura de su cerebro. Según ha ido avanzando el conocimiento que tenemos sobre el cerebro de los delfines, se ha detectado la existencia de zonas silenciosas en la corteza cerebral, característica que no se da en ningún otro animal a excepción del ser humano. Esta zona del neocórtex se considera hoy en día fundamental para el desarrollo del intelecto y la razón y los delfines la tienen extraordinariamente desarrollada, lo que, en teoría, los sitúa muy por encima del resto de animales salvajes en lo que respecta a su capacidad intelectual.

Por ejemplo, los biólogos descubrieron que la corteza cerebral de los delfines nariz de botella posee los mismos pliegues complejos que el cerebro humano, los cuales están firmemente vinculados a la inteligencia.

En cuanto al tamaño, mientras que el peso del cerebro humano oscila alrededor de 1,4 kilogramos, el cerebro de un delfín mular, por ejemplo, pesa alrededor de 1,7 kilogramos. El cerebro de los delfines puede llegar hasta los 6 kilos y el de las ballenas hasta 9.

Sin embargo, más que el peso del cerebro, que es en buena medida función del tamaño del cuerpo, los científicos utilizan el indice de encefalización, que compara el tamaño real del cerebro con el esperable para un animal de su tamaño. Este indice está entre 4-5 para las diferentes especies de delfín mientras que es de 7 para el ser humano. Eso indica que el delfín, junto a seres humanos y grandes simios están entre los seres con un mayor desarrollo del sistema nervioso central.

Los delfines han sido declarados, por seres humanos, las segundas criaturas más inteligentes del mundo después de nosotras mismas.

A la vista de lo que vimos antes, del salvajismo con el que los seres humanos son capaces de emplearse con otras especies y de lo habitual de este comportamiento, me caben pocas dudas de que el único animal que puede valorar al ser humano como el más inteligente es el propio ser humano. Los seres humanos podemos ser tan estúpidos y presuntuosos como para confundir conocimiento y destrezas con inteligencia. Que seamos potencialmente muy inteligentes no es condición necesaria y suficiente para que lo seamos. Nuestra forma de habitar nuestro entorno y de relacionarnos con él y con los demás animales demuestra más falta de inteligencia que exceso.

Vídeo de un delfín que pide ayuda a buceador

Implicaciones éticas del conocimiento del cerebro de los delfines

La neuroanatomía sugiere que existe continuidad psicológica entre los seres humanos y los delfines y se supone que también aparecen profundas implicaciones éticas en la interacción entre este cetáceo y el hombre”, comentó Lori Marino, una zoóloga de la Universidad Emory de Atlanta, Georgia.

Aquí os dejo un interesante artículo sobre las implicaciones éticas de nuesta relación con los delfines. En él se afirma que “Los investigadores sostienen que su trabajo demuestra que es moralmente inaceptable mantener a animales tan inteligentes en parques acuáticos, matarlos ya sea para destinar su carne para el consumo humano, ya sea por accidente acontecido durante la pesca. Cerca de 300.000 ejemplares de ballenas, delfines y marsopas mueren bajo esas circunstancias cada año.”

Yo suscribo esta afirmación. Me parece que las evidencias respecto a la inteligencia de los delfines son abrumadoras y que si este es un criterio que para nosotros, el ser humano, es relevante a la hora de definir nuestra relación con los demás animales, deberíamos mostrarles el mayor de nuestros respetos.

El cerebro es la clave para entender los aspectos de la vida de los delfines que iremos viendo a continuación. Aquí podéis consultar completo el artículo que escribí sobre el cerebro de los delfines.

delfines cazando

Comunicación de los delfines

Los científicos consideran que la capacidad para expresarse oralmente aparece en los animales cuando su cerebro pesa entre 700 y 800 gramos. Esto es debido a que consideran que el cerebro ha de tener un tamaño que le permita absorber, almacenar y recordar todos los elementos del lenguaje y una capacidad para ordenar la información y elaborar significados a partir de la experiencia. Deben además, poder transformarlos en sonidos. Sin embargo, esta última característica no es en realidad indispensable si tenemos en cuenta que se ha especulado con la posibilidad de la existencia de un lenguaje no verbal, telepático, entre los delfines. Esto parece mucho aventurar pero es una posibilidad que se debe tener en cuenta a la hora de definir lo que es el lenguaje. Digamos que, hasta el momento, parece imprescindible que la capacidad cerebral para la comunicación vaya acompañada de una capacidad física para emitir los sonidos asociados al lenguaje.

En relación al tamaño del cerebro, algunos mamíferos como el elefante, el delfín, la ballena o la marsopa poseen cerebros que pesan mucho más de ese tamaño crítico estimado de 800 gramos. El cerebro de los delfines puede llegar hasta los 6 kilos y el de las ballenas hasta 9.

Confirmado que los delfines poseen la capacidad cerebral requerida para el desarrollo de un lenguaje, los zoólogos han ido estudiando los diferentes aspectos que puede tener su comunicación a nivel sonoro.

Parece confirmado que los delfines tienen una comunicación compleja, que tienen diferentes estados de ánimos y que se los comunican entre sí y que cada delfín posee unas características propias a la hora de comunicarse.

Su lenguaje incluye una sintaxis, o sea, que el orden de las palabras es fundamental para el sentido de una frase.

Entender a los delfines – Documental Redes La2

Así, se ha descubierto la existencia de dos o tres tipos de lenguaje que los delfines utilizan: chasquidos, pulsos repetidos de sonidos fuertes y, en algunas especies, silbidos.

Los chasquidos los utilizan para ecolocalizar, construyendo con los sonidos reflejados una imagen sónica o representación mental del espacio, objetos y otros animales que les rodean. Los delfines pueden incluso ver los órganos internos mediante esta ecolocación y saber, por ejemplo, si una delfín está embarazada.

La ecolocación o ecolocalización, a veces denominada biosonar, es un término creado en 1938 por Donald Griffin, que fue el primero en demostrar concluyentemente la existencia de la ecolocación en los murciélagos. Algunos animales emiten sonidos en su entorno e interpretan los ecos que generan los objetos a su alrededor. La ecolocación la poseen varios mamíferos: murciélagos, delfines, el cachalote y dos clases de pájaros, que utilizan este sistema para navegar en cuevas sin visibilidad, el guácharo y los vencejos y salanganas.

Aquí os dejo el artículo que escribí sobre la comunicación de los delfines, donde profundizo un poco más en la ecolocación.

En cuanto a como utilizan para comunicarse los delfines su radar ultrasónico, estudios recientes especulan que con él, los delfines recrean las características de reflexión de los objetos descritos por el animal. Por ejemplo, si un delfín quieren comunicar que un tiburón nada cerca, no lo hace mediante una palabra sino que trasmite unos chasquidos que se corresponden al espectro de reflexión auditivo que se obtendría al proyectar sobre el tiburón ondas acústicas. O sea, el delfín reproduce para otro u otros delfín las señales que un tiburón genera en su radar ultrasónico.

Los pulsos repetidos de sonidos indican el estado emocional del delfín incluyendo “sentimientos como el placer o la ira”.

Los silbidos son emitidos por sus espiráculos nasales casi siempre en el agua, aunque en presencia de humanos pueden llegar a emitirlos en el aire. Estos silbidos van asociados a algunas circunstancias concretas, por ejemplo, momentos de estrés ,y según algunos autores también servirían para establecer una comunicación entre varios individuos. Los silbidos son emitidos en un tono y una frecuencia diez veces más alta que la utilizada en los lenguajes humanos.

Cuando se habla de la comunicación de los delfines es imprescindible hacer referencia al mítico e inolvidable John C. Lilly, cuyos estudios en la mitad del siglo XX , en colaboración con Margaret Howe, han sido la base de todos los estudios posteriores.

Aquí podéis consultar completo el artículo que escribí sobre la comunicación de los delfines.

Cómo duermen los delfines

 Estudios realizados por equipos de biólogos que estudiaron el comportamiento de los delfines les ha permitido elaborar un teoría acerca de cómo duermen los delfines. Al parecer, los delfines son capaces de dormir con solo de uno de sus hemisferios cerebrales en completa actividad.

El cerebro de los delfines consta de dos hemisferios, como el de los seres humanos. Los delfines utilizan alternativamente un hemisferio para que el otro pueda descansar, lo que les permite estar en perfecta alerta ante cualquier contingencía. A esta capacidad le han dado el nombre de sueño unihemisférico y los biólogos creen que los delfines la pueden utilizar durante al menos quince días sin perder ninguna capacidad.

Aquí os dejo un enlace a la entrada sobre cómo duermen los delfines, donde está explicado con más detalle y con algunos enlaces interesantes.

Vídeo explicando cómo duermen los delfines y los peces.

Algunos enlaces sobre delfines interesantes:

Vídeos de delfines:  Todos los vídeos de delfines que he ido seleccionando.

Artículo de la wikipedia sobre delfines oceánicos

Artículo de la wikipedia sobre delfines de río

La Dolphin Connection

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